9 de noviembre de 2014

God is in the rain. 2 meses corriendo.


Los últimos dos meses han pasado para mí como si fueran años. No sólo porque empecé a correr sino porque decidí cambiar mi vida, radical.


Y empezar a correr, puede que me esté cambiando la vida, de hecho.


Las últimas semanas he tenido sentimientos de Amor y Odio (o mejor dicho decepción) de forma intermitente con los diferentes momentos que he ido pasando con el running, de motivación y desánimo.



Esta semana concretamente no ha ido muy bien y hoy tenía que "desquitarme". He tenido cero ganas en todo el día pero me he obligado, porque después de todo, si me rajo ahora no habrá servido de nada todo lo avanzado.


Hoy que además, he estado siguiendo a muchos de los runners de verdad, "los mayores" que les llamo yo. Han estado en diferentes carreras, entre ellas la Behobia de San Sebastián (20,20km) y yo aquí quejándome de mis mini-problemillas para prepararme una de 6 kilómetros.

Cuando he salido estaba la cosa un poco gris (meteorológicamente hablando) y he estado a punto de volverme, pero me he acordado de la decepción de mi anterior post, (el cual ahora aborrezco pero ahí se queda)...

Lo siguiente ha sido verme corriendo en mitad de la lluvia y tener un sentimiento de libertad, no creo que sea capaz de describirlo... 


min 3:36
Ha sido casi como la escena esta de V de Vendetta cuando Evey dice "Dios está en la lluvia"..
Esta película debería ser obligatoria para cualquier ser viviente por cierto, momento runfilming.

Entre la lluvia y que estaba atardeciendo, yo sola en el camino con todas estas sensaciones, hoy ha sido super especial salir a correr. Hacía mucho tiempo que no me sentía tan bien, libre, entera, ¡no sé cómo explicarlo!

Es diferente a cualquier satisfacción cotidiana, yo he tenido bastantes logros personales, suelo alcanzar mis objetivos y esa sensación de lograr un objetivo o sentirte autorealizada, no tiene nada que ver con esto. 

Es como si estuvieras en paz y hasta la mosca que se te cruza mientras avanzas te parece un maldito cisne. (Son las Endorfinas, de verdad que no hay nada adicional...)

Y si no se me hubieran cruzado los cables el primer día, todo esto... me lo estaría perdiendo.

Había pensado hacer un post con todos los cambios que he notado en mi cuerpo y en mi mente desde que empecé, pero he venido tan espiritual que quería compartirlo con el mundo, así que ya os contaré otro día...

¡¡VAMOS!!





3 comentarios:

  1. Si perseveras tu relación amor-odio con el running se transformará en sólo amor y entonces no podrás parar. Te lo dice una runner que acaba de dejar los pañales. Ánimo!

    ResponderEliminar
  2. ánimo que al final no habrá ni rastro del odio ya lo verás! son todo beneficios, un beso!!

    ResponderEliminar
  3. Mil gracias!! Con estos comentarios tan alentadores ya puedo ver el odio alejándose por el horizonte, pequeñito pequeñito :)
    Un besote!!

    ResponderEliminar